7 de diciembre de 2014

RESOLUCIONES DEL ENCUENTRO DE MUJERES EN RESISTENCIA A LOS PROYECTOS MINEROS RÍO BLANCO EN PERÚ Y ECUADOR

“Borrando fronteras por la protección de nuestros
Páramos y la Pachamama”

 
Nosotras, mujeres de Perú y Ecuador delegadas de la Asociación de Mujeres Protectoras de los Páramos AMUPPA, del Frente de Mujeres Defensoras de la Pachamama, Frente de Mujeres Guardianas de la Amazonía, Mujeres de la Asociación de Campesinos de Limón Indanza ACLI, Plataforma PachAntiminera de la ciudad de Quito, reunidas en Tarqui, Cuenca y Molleturo, del 26 al 28 de noviembre de 2014, como mujeres luchadoras, dadoras de vida, productoras de alimentos, cuidadoras del agua, guardianas de las semillas y plantas medicinales, concientes, sabias, creativas, valientes, honestas, optimistas, intuitivas, amorosas, responsables e independientes, al mundo entero

MANIFESTAMOS


Que no hay fronteras para luchar por nuestros Páramos y la Pachamama (Madre Tierra).

Que el sistema capitalista-patriarcal impone las fronteras y la propiedad privada para dividir y someter a los pueblos y mantener el dominio geopolítico imperialista.

Que el sistema capitalista-patriarcal, con sus corporaciones y Estados, es la causa de la crisis ambiental que afecta a nuestro planeta, pues su razón de ser, su naturaleza y lógica es la generación de ganancia que se concentra en reducidos grupos, y para ello tienen que invadir, imponer, someter, dominar, saquear, explotar, destruir al resto de seres humanos y a la Pachamama.

Que el sistema capitalista-patriarcal se sostiene en la esclavización de las mujeres de los sectores y clases populares a través de invadir, imponer, someter, dominar, sobreexplotar, reprimir, violentar y desvalorizar nuestras vidas y nuestros cuerpos convirtiéndonos en objetos de apropiación privada.

Que el sistema capitalista-patriarcal somete, depreda, saquea y destruye a la Madre Tierra para posibilitar la acumulación, concentración y centralización de la riqueza.

Que nuestra existencia depende de la Pachamama ya que en ella nacemos, crecemos, vivimos y morimos junto con las otras especies que habitamos este planeta.

Que amamos y respetamos a nuestra Madre Tierra y por ello protegemos y defendemos los ecosistemas, bosques, selvas, lagunas, ríos, montañas, y a las otras especies con las que convivimos.

Que nuestros páramos y cuencas hídricas son ecosistemas estratégicos para la vida, sin ellos no podemos abastecernos de AGUA para nuestra sobrevivencia y la de las futuras generaciones, para garantizar nuestra salud, fuentes de subsistencia, e incluso nuestra cultura como pueblos Andinos.

Que tenemos derecho a defender nuestros derechos, nuestros espacios de vida y a la Pachamama, al igual que a vivir con dignidad en un ambiente sano, al agua, a las semillas, a las plantas medicinales, a los ecosistemas estratégicos para la vida, a la salud, a engendrar y dar a luz hijas e hijos sanos, a la Soberanía Alimentaria, al trabajo, al descanso, a la paz, la seguridad, la libertad de opinión y expresión, la comunicación, la organización, el respeto, educación, a construir y compartir nuestros saberes, a la equidad, independencia, información, consulta, decisión sobre nuestros territorios y cuerpos, a la cultura, la resistencia, así como a todo aquello que garantice una vida digna para las actuales y futuras generaciones.

Que nuestros Derechos Humanos, Ambientales, de Género, y los de la Pachamama, así como nuestras libertades y garantías fundamentales, son irrespetados, negados, pisoteados, violados y violentados cuando se nos imponen los mega proyectos de minería.

Que a pesar de que los proyectos mineros Río Blanco (Majáz) en el norte de Perú, así como Río Blanco, Quimsacocha (Loma Larga), Pananza-San Carlos y otros en Ecuador, aún no han comenzado la fase de explotación, ya nos han afectado gravemente comenzando por la violación de nuestros derechos a la información y Consulta Previa, reconocidos en nuestra Constituciones e instrumentos internacionales.

Que uno de los impactos de la mega minería que más nos afecta es la división en nuestras familias y comunidades, negándosenos la posibilidad de una convivencia pacífica con nuestros esposos, hijas e hijos, compañeros y compañeras, y/o demás seres queridos, haciendo que aumenten los niveles de violencia intrafamiliar y social.

Que otro grave impacto de la minería sobre nosotras es la represión, persecución, judicialización y criminalización que la venimos afrontando desde que iniciamos nuestros procesos de resistencia y que implica mayor violencia, en especial violencia institucionalizada, por parte de las fuerzas armadas, aparatos jurídicos y demás órganos de los Estados peruano y ecuatoriano.

Que hemos tenido que soportar dolorosas experiencias por nuestra decisión de defender nuestros páramos y la Pachamama como secuestro, tortura, encarcelamiento, violencia sexual, agresión física, verbal y sicológica, campañas de desprestigio, intimidación, persecución judicial con graves juicios penales por terrorismo organizado, sabotaje, invasión, robo, obstaculización de la vía pública. Esta persecución judicial proviene tanto de las corporaciones mineras, y sectores pro-mineros, así como de nuestros Estados y gobiernos.

Que la violencia ejercida en contra de nosotras, nuestras familias y comunidades, nos deja imborrables secuelas, especialmente emocionales y sicológicas, que se ahondan frente a la impunidad de la que gozan nuestros agresores.

Que vemos con indignación, en la vergonzante realidad que viven las comunidades afectadas por la minería en el mundo, que es mentira que esta industria extractiva trae bienestar y desarrollo, lo que constatamos más bien es que la minería ahonda la condición semicolonial de nuestros países y refuerza el dominio masculino, afianzando la mentalidad y estructuras patriarcales, creando el ambiente propicio para la violencia hacia las mujeres, el despojo de nuestros espacios y medios de vida, las sobreexplotación de nuestra fuerza de trabajo, la prostitución, trata de blancas, alcoholismo, drogadicción, miseria y enfermedades.

Que las compañías mineras, nuestros Estados y gobiernos compran la licencia social con la entrega de bonos, dinero y obras en las comunidades afectadas, pretendiendo institucionalizar esta nefasta práctica a través de organismos como Ecuador Estratégico.

Que para facilitar el saqueo minero nuestros Estado y gobiernos vienen adecuando el marco jurídico a las exigencias de las transnacionales. Igualmente para favorecerles no se aplican importantes instrumentos legales como el caso del MANDATO MINERO en Ecuador.

Que la aprobación de Estudios de Impacto Ambiental (EsIA) para los emprendimientos mineros, tanto en Perú como en Ecuador, es un mero trámite que justifica la entrega sin beneficio de inventario de nuestros territorios, ya que estos EsIA son documentos sin ningún valor ni sustento técnico-científico, que se aceptan a revisión sin que haya existido Consulta Previa en las comunidades, y en el caso de Ecuador desacatando el Mandato Minero.

Que nos indigna también que esta lucha tan dura y sentida por nosotras y nuestras comunidades sea utilizada por ciertos sectores, partidos, movimientos, organizaciones, instituciones, grupos e individuos como trampolín politiquero, para promocionar candidaturas, conseguir puestos en la administración estatal, sacar provecho personal y/o beneficio económico.

Que no aceptamos seguir siendo esclavas y luchamos por un mundo donde tengamos libertad, equidad, decisión sobre nuestros espacios de vida y nuestros cuerpos como garantía para una existencia digna sin opresión.

Que gracias a nuestra lucha, siendo parte de los movimientos en resistencia a la minería que han emprendido organizaciones y comunidades desde hace décadas en el norte de Perú y sur de Ecuador, hemos logrado detener hasta el momento el desarrollo de los proyectos mineros en nuestros territorios.

Que seguiremos adelante con esta lucha a pesar de las amenazas, la manipulación mediática, los ataques, la discriminación y criminalización por parte de los Estados y gobiernos, que hace que gran parte de la población tenga una visión tergiversada de nuestra lucha en defensa de nuestros Páramos y la Pachamama.

Que nuestros procesos organizativos han sido fundamentales para la defensa de los derechos y la Pachamama, ya que son el fruto un esfuerzo colectivo que significa años de nuestras vidas, recursos, anhelos y esperanzas por un futuro distinto para la Humanidad y Madre Tierra.

RECHAZAMOS


Al sistema capitalista-patriarcal que impone fronteras, invade, somete, domina y destruye nuestros espacios de vida, nuestros cuerpos y a nuestra Pachamama, causando una crisis socio-ambiental sin precedentes en la Historia.

La dictadura de la propiedad privada que nos niega el derecho de decidir sobre nuestros cuerpos y territorios, y que justifica la violencia contra nuestra Madre Tierra.

La imposición de los proyecto de minería Río Blanco (Majáz) en el norte de Perú, Rio Blanco en Molleturo, Quimsacocha (Loma Larga), Pananza-San Carlos y los demás, que violan y violentan nuestros derechos y los de la Pachamama, y amenazan con destruir ecosistemas estratégicos para la Vida para que las transnacionales mineras obtengan millonarias ganancias a costa de nuestra desgracia.

La violencia que genera la minería y que impacta directamente en nuestra vida, en nuestros cuerpos y espíritus, al igual que en nuestra Madre Tierra.

La violación sistemática de nuestros derechos, libertades y garantías por ser Mujeres Defensoras de Derechos, así como la represión, persecución y criminalización de nuestra labor.

La persecución judicial y amedrentamiento contra la compañera Cleofé Neira Presidenta de la Asociación de Mujeres Protectoras de la Páramos AMUPPA.

El entreguismo de los Estados y gobiernos peruano y ecuatoriano a los intereses de las corporaciones saqueadoras de minerales.

La aprobación del Estudio de Impacto Ambiental para la fase de explotación de los proyectos Río Blanco (Majáz) y Río Blanco en Molleturo.

La manipulación de nuestros pueblos por parte de las compañías mineras, Estados y gobiernos, a través de la caridad y compra de conciencias institucionalizada.

La utilización de nuestra lucha para fines politiqueros, electoreros, de lucro o de cualquier otra índole contraria a los legítimos intereses de la defensa de la Pachamama, la Vida y la Soberanía.

El ataque y desvalorización de nuestras organizaciones.

La contante arremetida mediática por parte de los gobiernos contra las organizaciones que se manifiestan y emprenden luchas reales en defensa de sus tierras y medios de vida.


EXIGIMOS


v  Que termine la violencia contra la Madre Tierra y las Mujeres.

v  Que se respete nuestra vida, cuerpos, espacios, organizaciones, decisiones, derechos, sabiduría y cultura, al igual que a nuestra Madre Tierra.

v  Que se respeten nuestros derechos, los de nuestras familias y comunidades.

v  Que las corporaciones mineras abandonen nuestros territorios y que nuestros Estados y gobiernos no continúen poniéndoles la alfombra roja para facilitar el saqueo y destrucción de nuestros Páramos y la Pachamama.

v  Que nos dejen vivir en paz con nuestros seres queridos, comunidades y con la Madre Tierra.

v  Que nos dejen continuar produciendo alimentos sanos para garantizar la Soberanía Alimentaria de nuestros pueblos y países.

v  Que cese la violencia, la represión, persecución, judicialización y criminalización de las Mujeres Defensoras de Derechos en general, y particularmente de aquellas que resistimos a la minería.

v  Que se revoque la orden de captura y se archive el proceso judicial en contra de Cleofé Neira Presidenta de la Asociación de Mujeres Protectoras de los páramos AMUPPA.

v  Que no se emita la licencia ambiental para los proyectos mineros Río Blanco (Majáz) y Río Blanco en Molleturo, y se aplique el Mandato Minero en Ecuador.

v  Que los Estados y gobiernos de nuestros países no engañen y manipulen a las comunidades para facilitar el ingreso de las compañías mineras, y que cese el hostigamiento mediático.

v  Que no se utilice nuestras luchas para la politiquería, ni para fines ajenos a la legítima defensa de los derechos.

Por todo lo expuesto

RESOLVEMOS

 
v  Continuar firmes en la resistencia a los mega proyectos de minería Río Blanco y a los demás que están afectando la vida de las mujeres en Perú y Ecuador.

v  Realizar acciones coordinadas en rechazo a los mega proyectos de minería Río Blanco (Majáz) y Río Blanco en Molleturo, así como de la negligente e irresponsable aprobación de Estudio de Impacto Ambiental (EsIA).

v  Fortalecer nuestras organizaciones y las organizaciones de base de mujeres que son la única garantía para continuar nuestra lucha.

v  Fortalecer la unidad entre las organizaciones presentes en el Encuentro para continuar la resistencia a los proyectos mineros en el sur de Ecuador y norte del Perú.

v  Fortalecer las alianzas con otras organizaciones populares de base de nuestros países que persiguen objetivos comunes a los nuestros, al igual que con otras instituciones, grupos y personas que apoyan nuestra lucha sin condicionamientos de ninguna índole.

v  Fortalecer la Unión Latinoamericana de Mujeres ULAM y otros espacios a nivel internacional que nos permitan articular las luchas de las mujeres en resistencia a la minería en la Región y el mundo.

v  Aunar esfuerzos en la denuncia de la persecución, represión, criminalización, y violación de derechos de las mujeres en resistencia a los proyectos mineros en general, y a los proyectos Río Blanco en particular.

v  Emprender una campaña de solidaridad con Cleofé Neira Presidenta de la Asociación de Mujeres Protectoras de los Páramos AMUPPA.

v  Realizar acciones por la aprobación del EsIA para la fase de explotación del proyecto minero Río Blanco en Molleturo.

v  Fortalecer espacios de difusión y visibilización de la lucha de las mujeres en resistencia a la minería.

v  Realizar en el 2015 un nuevo Encuentro de Mujeres en Resistencia a la minería en Perú y Ecuador en Huancabamba, Piura, Perú, zona afectada por el mega proyecto minero Río Blanco (Majáz).

v  Realizar en el 2015 un Congreso sobre Mujeres y Minería en la ciudad de Quito.

v  Convocar el V Encuentro Nacional de Mujeres en Ecuador.

v  Realizar para el 2015 en Cuenca, Ecuador, en alianza con otras organizaciones, instituciones, grupos y personas de distintos países, un Encuentro Internacional de Mujeres y Minería que nos permita reunir a mujeres de todos los continentes para denunciar los graves impactos y la resistencia de las mujeres a la industria minera a nivel mundial.

v  Dar la más amplia difusión a las presentes resoluciones.


Cuenca, 28 de noviembre de 2014


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